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Arquitectos: Maria J. Pinto Leite, Arquitetura
- Área: 148 m²
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Fotografías:Pedro Bruschy
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Proveedores: Azulcer, Sanindusa, Sá Castro, Comércio de Ferragens, Weber Saint-Gobain
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El granero preexistente se encuentra en los terrenos agrícolas de una casa de campo del siglo XVII. Rodeado de huertos, campos de maíz, viñedos y cerca del curso del río, el granero se inserta en un paisaje bucólico y campestre de alrededor de 10 ha de la finca.
El cliente optó por dar al edificio una nueva función revelando su historia, convirtiéndolo en una vivienda, ya que su función agrícola de secado de maíz había dejado de existir hace mucho tiempo. Además de alojamiento en la casa principal, el granero alojará a huéspedes o a familiares que vienen de visita.
El granero renació a partir de una reinterpretación de la arquitectura vernácula minhota, preservando su esencia.
Se mantuvo la estructura de madera y la composición de la fachada del edificio: el pavimento de pino local, los muros de granito, los cinco vanos de listones de madera pintados y el tejado a dos aguas de tejas "Lusa". En el tejado se añadieron algunos elementos de zinc y aislamiento térmico; junto con los gruesos muros de granito, se aseguró la inercia térmica.
En el interior, la piedra y la madera mantienen su papel principal, con la adición de toques de cal para darle más luminosidad. En la estructura de madera recuperada de la planta superior se han creado dos dormitorios con aseos. El mobiliario es casi todo reutilizado, tomado de antiguos almacenes de la granja.
Los materiales son locales, naturales y casi brutos, y la aparente ausencia de detalles nos remite a la arquitectura sencilla de los edificios agrícolas. La casa del granero está desprovista de ornamentación, es rigurosa y minimalista en su lenguaje, igual que cuando fue concebida.
Los nuevos marcos de las ventanas, compuestos por aberturas acristaladas correderas, se han empotrado. Las persianas, diseñadas en su día para ofrecer buenas condiciones de ventilación para el secado del grano, ahora también proporcionan sutiles variaciones de luz en el interior.
La eliminación integral de las persianas, junto con el acristalamiento de los huecos, permite utilizar la antigua era de losas de granito como patio al que ahora se abre todo el espacio interior.